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Para adelgazar hay que comer grasas

La bióloga experta en microbiota humana y healthcoach y una de nuestras #Slowbestfriends Mariana Aróstegui enfoca toda su energía en ayudar a las personas a cambiar sus hábitos alimentarios y a alcanzar sus objetivos. En este post para Slow Love nos explica el por qué del auge de los productos ‘light’ y esa fobia innecesaria que tenemos a la hora de consumir grasas en una dieta sana.

La mayoría de las mujeres que cuidan su alimentación excluyen o reducen la ingesta de grasa para cuidar su peso, el colesterol o prevenir enfermedades cardiovasculares. Pero, ¿sabías que comer grasa es crucial para perder peso? Y además, las dietas bajas en grasa están relacionadas con problemas como el síndrome premenstrual, la menstruación dolorosa, ovulación irregular o la infertilidad. Te contamos el por qué. 

 

En los años 50 se llevaron a cabo diversos estudios para demostrar la existencia de una relación entre los patrones de alimentación y las enfermedades cardiovasculares. Uno de ellos, el denominado The seven countries consiguió relacionar la ingesta de grasas saturadas con enfermedades cardiovasculares, aunque solo en algunos países del mundo, como España, Italia, Finlandia o Japón, excluyendo del estudio todos aquellos países donde existe alta ingesta de grasas saturadas y bajo riesgo cardiovascular, como Suiza, Francia, Suecia, Noruega o Alemania Este estudio, que a posteriori ha demostrado tener conclusiones erróneas, en su momento fue suficiente para que la comunidad científica abogara por las dietas bajas en grasa. A su vez, la industria de la alimentación comenzó a fabricar y vender multitud de productos ‘light’ que en pocos años estaban presentes en la mayoría de los hogares. Este movimiento low-fat ha dado lugar a una transformación en la composición de la dieta de aquellas personas preocupadas por la salud, con una importante reducción de la ingesta de grasas y, para sustituirlas, un incremento en la ingesta de hidratos de carbono.

La sociedad sigue creyendo que la ingesta de grasa es mala para su salud y que, además, ingerirla te lleva a ganar peso. A pesar de que en los últimos años numerosos estudios demuestran lo contrario y defienden la importancia de ingerir grasas para tener estar sanos.

Todavía existe cierta resistencia a ingerir grasas cuando se habla de cuidarse. Muchas mujeres aún desayunan cereales refinados industriales bajos en grasa con leche desnatada, comen ensaladas aliñadas con limón o temen el aguacate, las aceitunas, los frutos secos o el queso, eliminan las yemas de los huevos y llenan sus neveras de productos desnatados para cuidar la línea como única solución para adelgazar. Pero, las grasas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. El cuerpo humano siempre ha necesitado la grasa como fuente de energía. De hecho, los bebés utilizan la grasa de la leche materna para el crecimiento y desarrollo cerebral (nuestro cerebro es 60% grasa) y, durante el resto de nuestra vida.

 

Hay que tener en cuenta que las grasas son cruciales para la fabricación de hormonas, muy relevante en el caso de las mujeres. El cuerpo necesita diferentes tipos de grasa, incluyendo grasa saturada y colesterol, para sintetizar las hormonas sexuales que rigen el ciclo menstrual o el correcto desarrollo del embarazo. De ahí que las dietas bajas en grasa (entre otros factores, como el estrés) están relacionadas con desórdenes hormonales como el síndrome premenstrual, las menstruaciones dolorosas, la ovulación irregular o la infertilidad.

Pero, además, también son importantes a la hora de cuidar la línea porque la ingesta de grasas activa la síntesis de hormonas que generan la sensación de saciedad , lo cual lleva a ingerir menores cantidades en una comida o a reducir los antojos. Por otro lado, la ingesta de grasa también potencia la activación del metabolismo, necesario para mantener el peso sin hacer dieta o perder peso de forma sostenible. Las dietas hipocalóricas ralentizan el metabolismo, por lo que cuando la dieta termina y la persona vuelve a comer como antes, el metabolismo ralentizado no necesita toda la energía consumida y acumula el exceso en forma de grasa (efecto yo-yo).

Por tanto, Es importante ingerir grasa, pero saludables. Las mejores para incluir en una dieta femenina son el aguacate, los frutos secos, las semillas, el aceite de oliva virgen extra, el aceite de coco, el pescado salvaje, el cacao y los derivados de animales sanos que han vivido en libertad, como los lácteos de animales de pasto o los huevos de corral o ecológicos.

Si quieres cuidar tu línea, mejorar el funcionamiento de tu cuerpo y potenciar tu salud hormonal, las grasas deben formar parte de tu dieta y deben estar presentes en cada una de las comidas que realices.

Comentarios (2)

  • Me encantaría q nos dierais mas tips

    Sus
    Responder
    • Hola Susana, por supuesto, seguiremos publicando todos los meses. Un saludo.

      amandaprado
      Responder

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