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¿Niños en casa durante el confinamiento?

La creadora de Mamifit, empresa especializada en embarazo y postparto y también embajadora de Slow Love, nos muestra una serie de recomendaciones para minimizar los efectos de la situación provocada por el Coivd19 en la salud emocional de los peques.

Aún existe poca información científica sobre el efecto del virus en los niños. Los tests que se han hecho en esta población son pocos y esto no nos permite realmente conocer el impacto que tiene en ellos. Nuestros más pequeños poseen una imaginación sin fronteras, ven la vida desde otro prisma y por lo tanto no debemos considerar que los efectos del confinamiento es igual en ellos que en los adultos, ya que les afecta desde otra perspectiva. Pero esto no quiere decir que estén libres de consecuencias.

Desde el Child Mind Institute, nos proponen una serie de recomendaciones para intentar minimizar los efectos de esta situación en la salud emocional de los más pequeños. Las propuestas son las siguientes:

 

Mantener rutinas similares dentro de lo posible a las previas del estado de alarma. Es importante para mantener el orden y respetar el tiempo de descanso y de trabajo que sientan que tienen un horario similar. Establecer el horario de comidas, trabajo y juego nos tranquiliza y les hace aprender a respetar los tiempos, gestionar la impaciencia y mantener la ilusión durante todo el día por los momentos más lúdicos.

Proponer actividades creativas haciendo especial hincapié al movimiento y la actividad física. Los niñ@s tienen mucha energía, son motores de combustible ilimitado. Proponer actividad física dentro del horario de una forma lúdica y creativa potenciará que aprendan a ver el movimiento y la actividad física como un juego y un momento de diversión. Mediante diferentes actividades y juegos, los más pequeños se divierten y entretienen desarrollando sus habilidades físicas y motrices desde edades tempranas. La rutina de ejercicio físico les hace trabajar sus habilidades motoras básicas, coordinación y desarrollo cognitivo a través del movimiento. De esta manera, asociarán la actividad física a un momento placentero, haciéndoles más activos y evitando el sedentarismo o el uso excesivo de videoconsolas y otros juegos más pasivos. Compensarán la falta de movimiento jugando en casa para que no pierdan el interés por la actividad física mientras refuerzan su sistema cardiorrespiratorio, locomotor e inmune.

Intentar gestionar nuestras preocupaciones y sentimientos lejos de ell@s. Es importante mantener a los pequeños informados de manera realista y básica sobre la situación, pero debemos siempre transmitirles calma y una visión de la situación basada en soluciones. Nuestros pensamientos más catastrofistas pueden transmitirles inseguridad y miedo, por lo que debemos encontrar un equilibrio. Es importante que conozcan que es una situación seria pero siempre con soluciones, cómo enseñarles a respetar las distancias de seguridad, la higiene y las medidas sanitarias más básicas. Si escuchan que hay muchos contagios, hay que insistir en la solución y hacerles ver que nuestros médicos están trabajando para ello, y de esta manera ante cada situación negativa intentar transmitirles una solución práctica. Así, conocerán la situación, pero siempre de una manera tranquila y potenciando su pensamiento lógico y cognitivo mediante soluciones propuestas. Cuando nosotros no podamos más o nos veamos superados por la situación, intentemos alejarnos de ellos para nuestro propio desahogo.

Ser flexibles en las normas de casa. Los pequeños deben entender que esta es una situación única y sin precedentes, pero con soluciones. Por lo tanto debemos darnos un respiro como padres y darles un respiro a ellos también. Todos y todas queremos ser los padres perfectos, pero debemos intentar dejar de autocastigarnos. Si nos vemos en la situación de tener que flexibilizar una norma de casa como el uso de la tecnología para permitirnos trabajar, hagámoslo, pero explicándoles que es una solución a nuestra nueva normalidad doméstica hasta que todo vuelva a su cauce.  Seamos claros y transparentes con ellos en cuanto a las normas que cambian en casa y el por qué. Es una buena oportunidad para enseñarles sus responsabilidades en cuanto a las tareas domésticas y aprender a pedirles ayuda. Pedirles, por ejemplo, que pongan la mesa respetando su manera de hacerlo les enseña a ellos y a nosotros como adultos, ya que aprendemos que hay maneras diferentes de hacer las cosas y que son perfectamente capaces de cumplir normas básicas de casa asumiendo sus responsabilidades, es increíble lo mucho que podemos delegar en los niñ@s y lo poco que lo hacemos.

En resumen, deben estar informados pero tranquilos. Es una fase de aprendizaje para ellos y para nosotros en la que ambas partes van a aprender mucho. Fomentemos su creatividad y su responsabilidad, que comprendan que es una situación nueva con soluciones y límites diferentes, pero dentro de un nuevo orden. Van a aprender de manera diferente, pero no menos efectiva que antes. Nos van a sorprender y mucho, en la mayoría de las situaciones son ellos los que nos tranquilizan a nosotros y nos enseñan a ver la situación de otra manera, nos cuenta Raquel López creadora de Mamifit y creadora de este post.

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