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Huelva, donde la vida sigue yendo despacio

La periodista Paloma Herce escribe para varios medios sobre ‘lifestyle’ y ha querido colaborar con Slow Love para transportarnos de manera virtual hasta uno de los rincones de España con más encanto. En este post nos desvela las playas, chiringuitos y parajes onubenses que no te debes perder en esta ‘nueva normalidad’. ¡Prepara las maletas!

Huelva es uno de esos rincones donde la vida sigue yendo despacio. Ubicada en una de las zonas más alejadas de la península, parece que se esconde de todos salvaguardando su belleza natural. Con las mismas playas que Cádiz -sin levante- y con un encanto más slow, es uno de esos rincones que merece la pena tener en mente a la hora de disfrutar del turismo español.

Huelva tiene su lugar en el mundo porque la historia la precede, fue punto de partida del descubrimiento de América, y sin embargo, es un rincón desconocido. Poco se conocen sus playas de Punta Umbría, Islantilla o Ayamonte, su sierra, sus pueblos blancos, sus manjares gastronómicos… Y sus rincones para disfrutar de uno de los últimos atardeceres de nuestro país.

La provincia onubense guarda muchos lugares para visitar, y para que te sea más fácil, te descubro aquellos que tienen que estar en to do list antes de poner rumbo a este rincón andaluz.

La playa de Punta Umbría: entre enebros y bosques de pinos, es bañada por las aguas frías del Atlántico. Kilómetros y kilómetros para caminar durante horas en sus arenas doradas. Por veranear siempre allí, es mi playa favorita. ¿Queremos una playa con aguas más tranquilas? Podemos caminar hacia el centro del pueblo y cruzarlo hasta llegar a la ría. Podemos tomar el sol mientras vemos como Huelva y los barcos nos saludan desde lejos.

Playa de El Parador: En La Costa de la Luz, en dirección a Cádiz, podemos ir a la Playa de El Parador, en Mazagón. Una playa de arenas doradas y acantilados verdes, a veces cruzados por corrientes de agua dulce. Estamos a pocos metros del Parque de Doñana… Y se nota.

La Flecha: La Flecha del Rompido es la playa más especial del litoral onubense. Y todo gracias a su geografía. En la desembocadura del río Piedras se encuentra esta playa, las Marismas del Tendal, a la cual solo se puede ir en barco. Puedes hacerte amigo de algún amigo con transporte marítimo o coger el ferry que de manera diaria, deja a los bañistas. Una playa completamente virgen donde es probable que no te encuentres con nadie.

El Mosquito: es uno de los chiringuitos más conocidos de la costa onubense y se encuentra en Punta Umbría. Foco de personal de alma hippy, famoseo patrio y onubenses de toda la vida, también encontramos segundas generaciones de los primeros madrileños que veraneaban allí y gente que, al caminar, se ha dado cuenta del buen rollo de este chiringuito. Los miércoles hay concierto y sus mojitos son obligatorios. Mi chiringuito favorito -y de todos los que lo pisan-.

Mandala Mirador Lounge Bar: situado en el Mirador del Conquero, en la zona más alta de la ciudad de Huelva, es uno de los mejores lugares para disfrutar de una copa observando la marisma del Odiel. Decoración de estilo oriental y música chill out, es uno de mis imprescindibles para ver el atardecer.

Horizontal Beach Club: En el pequeño pueblo de pescadores de El Rompido, en una antigua casa donde antes podías tomarte una copa si su dueña te dejaba entrar al patio, se ubica ahora una de las terrazas más de moda de la costa. El lugar perfecto para ver y dejarse ver y para disfrutar una copa escuchando, de fondo, la brisa del mar. Todo slow.

Acánthum: es el primer restaurante de Estrella Michelín de la provincia, y todo gracias al arte de Xanty Elías. Un restaurante de lo que, me gusta llamar, gastronomía de kilómetro cero porque todos sus ingredientes son de la provincia. Y eso se debe gracias a la pasión del chef por su tierra y su filosofía slow. Imprescindible reservar con antelación, merece la pena para una cena o comida especial.

Casa Rufino: para venir a Casa Rufino hay que escaparse a Isla Cristina. Un local de toda la vida pero en el que llevan innovando desde los años 60, así que de tradicional, casi que tiene poco. Perfecto para los amantes del buen comer y sobre todo, para los amantes del atún, ya que lo trabajan en todo su despiece. Tampoco nos podemos olvidar de reservar.

El Tabla: En Punta Umbría. Ahora tiene un nombre más moderno, pero para los que van allí desde siempre es el Tabla, un chiringuito de madera, con mesas de mantel blanco, donde poder disfrutar de un buen pescado fresco y un vino blanco de Bollullos a pie de playa. Ese sitio en el que apetece alargar la sobremesa. Porque en este chiringuito todo se hace y se vive con calma.

Imprescindible perderse por la aldea de El Rocío, uno de los rincones más mágicos de la región. Será como trasladarte en el tiempo. Muy cerca se encuentra el Parque Nacional de Doñana, Patrimonio de la Humanidad desde 1994. Un bosque de pinos y dunas por el que perderse y dejarse mecer por la naturaleza más salvaje.

Otro de los rincones a tener en cuenta, y que nos traslada a la Luna, es Riotinto. Explotación minera inglesa hace unos años, es localización de editoriales de moda y un enclave de paisajes naturales que parecen, realmente, de otro planeta.

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